Eran las 17:55h. La grada estaba completamente cubierta, el encargado del Palacio nos confiesa no recordar una asistencia tan multitudinaria en ese pabellón. Mucha gente, desgraciadamente, no puede acceder al interior, dado el limitado aforo, aunque el permanente flujo de entradas y salidas, permite entrar escalonadamente al recinto.

Como se ha citado anteriormente, se pretendía hacer algo distinto a las anteriores ediciones. La comisión organizadora se inclinó por celebrar estas coincidencias en cuanto a fechas se refiere, y preparar un pequeño homenaje al tambor, y un repaso histórico a los 25 años del certamen.

Eran las 18:00h. Las luces se apagaron: desconcierto, inquietud, asombro... Una sucesión de fotografías se proyectaron en la pantalla al son de una melódica sintonía, aplausos por parte del público para sus imágenes y anagramas. Entraron en escena por ambos lados, los estandartes de todas las Cofradías, flanqueados y tenuemente iluminados por dos hermanos de hacha. El vídeo continuó, ahora recordando los primeros tambores de la ciudad. Fotos de los primeros desfiles procesionales de la Cofradía de Las 7 Palabras, llenan los cerca de 100 metros cuadrados de pantalla, al tiempo que salen a escena algunos de los tambores de esta Cofradía, con el uniforme, instrumentos y marchas de antaño.

El video, que hizo de hilo conductor en todo momento, instó en este momento al sonido actual de la pasión zaragozana, que fue respondido por el piquete Intercofradías que salió a escena con sus tradicionales marchas. Una vez ubicados en el lugar asignado, el vídeo hizo alusión a los niños, cerrando así el ciclo entre el entrañable pasado, la fuerza del presente y el esperanzador futuro de nuestra Semana Santa. Terminó así el breve acto inaugural, donde veteranos, adultos y niños, guiones y velas se juntaron en el centro de la pista, unidos con mismo referente.